Aunque el sillín no es el factor determinante a la hora de comprar una bicicleta, sí debes prestarle atención, ya que de ello depende en gran medida tu comodidad y rendimiento. Lo primero que tienes que comprobar es la ergonomía, talla y forma. Un sillín adecuado es primordial para la practica del ciclismo por lo tanto, debemos tener claro que no existe el sillín perfecto, sino el que mejor se acomode y adapte a nuestra anatomía. Debemos buscar un equilibrio entre la anchura y el acolchado, teniendo en cuenta que no por ser más ancho y blando será más cómodo. Lo importante es que sea de tu talla, que no te genere compresión en la zona perineal y sobre todo, ¡debes saber sentarte en el sillín! Tomando en cuenta que un ciclista “profesional” llega a hacer entre 30.000 y 40.000 kilómetros anuales sentado en su bicicleta, lo primero de lo que deberá asegurarse es de contar con el asiento adecuado, para evitar que las horas de pedaleo en carretera puedan repercutir en su salud sexual. Al estar en la bicicleta, mantienes tres puntos básicos de contacto con tu bici: manos (sobre el manillar), pies (apoyados en los pedales), nalgas (sentado sobre el sillín). Esta última zona de apoyo es la más importante, ya que según los expertos, esta área puede sostener hasta el 50 por ciento del peso total del cuerpo. ¡Imagínate la presión continua que se ejerce en la práctica del ciclismo sobre esta zona!
Actualmente en el mercado existen nuevos diseños que permiten eliminar la incomodidad que sufren la mayoría de los ciclistas: el peligroso adormecimiento genital. Esta dolencia proviene de una presión excesiva en la vena pudenda, situada en la zona perineal y que suele estar incorrectamente en contacto con el sillín. Es decir, parte de nuestro peso aplasta esa vena cuando estamos sentados en la bicicleta. Para evitar esta dolencia, es preciso posicionar correctamente tu sillín. Ponlo perfectamente horizontal, con la ayuda de un sencillo nivel de burbuja y con el avance preciso. Si no hay cambios, es momento de revisar los nuevos diseños que la industria ha puesto a nuestra disposición últimamente: formas especiales, espacios o surcos en el medio del sillín, puntas recortadas o con forma de pico de loro, etc. Frank Sommer, profesor de la Universidad de Colonia, en Alemania, explica que en los varones, no es rara la asociación entre ciclismo y problemas de impotencia. Una encuesta realizada entre varones de la zona de Colonia mostraba que los casos de disfunción eréctil eran mucho más frecuentes entre los hombres que hacían más de 400 kilómetros semanales. Sommer midió el nivel de oxígeno en el interior del pene mientras el varón montaba bicicleta, ya que el oxígeno es importante para la flexibilidad de los tejidos del pene. El estudio se llevo a cabo con ciclistas que usaban sillines deportivos y otros que utilizaban sillines urbanos. En los segundos, el resultado fue que su circulación sanguínea y el nivel de oxígeno dentro del pene eran mucho mejores que en los primeros, al usar asientos urbanos. En base a lo anterior, el ciclista puede seguir una serie de recomendaciones para evitar futuros problemas:
• Cambia postura regularmente de sentado a parado, estimula la circulación y llegada de oxígeno.
• Es importante tener un sillín ancho y con un relleno capaz de absorber los impactos.
• Muévete sobre el sillín, párate en los pedales para variar la presión y compresión sobre las zonas de contacto permitiendo la circulación de la sangre, la transmisión entre los nervios, y reducir el adormecimiento.
• Aprovecha cada repechaje para pararte sobre los pedales al menos 20 segundos.
• En las bajadas aprovecha y toma el manillar de la parte baja, nivela horizontalmente los pedales y levántate del sillín apoyando el peso del cuerpo en el manillar y en los pedales.
• Cada vez que sientas adormecimiento genital, párate en los pedales y masajea la zona apretando piernas y glúteos.
• Puedes usar mallas con acolchonado anatómicamente diseñado para ayudar a la comodidad.
• Es aconsejable utilizar una crema lubricante.
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